Llega el solecito, las terrazas, paseos, más horas de luz... y el ánimo parece que se levanta. ¿Te pasa lo mismo? ¿Sabías que esto se puede potenciar aún más?
Determinados alimentos favorecen un buen estado anímico al incorporarlos en un patrón dietético adecuado, ¡toma nota!
Lo más importante es destacar el hecho de que una alimentación de perfil antiinflamatorio, resulta muy beneficiosa en esta línea; son varios los estudios que demuestran como mejoras en la alimentación se correlacionan con una disminución de la depresión.
Pero, ¿cómo llevar a cabo una alimentación antiinflamatoria? Nos guiaremos principalmente por dos premisas:
- Comer gran cantidad de vegetales (frutas frescas de temporada y verduras en todas sus versiones), además de no descuidar el consumo de grasas buenas de calidad (pescados azules, priorizando los de pequeño tamaño como sardinas o boquerones, frutos secos al natural, aceite de oliva virgen extra, aguacate...).
- Reducir la ingesta de azúcares libres, carbohidratos refinados y carnes procesadas; grupos relacionados con afectaciones del bienestar mental por el estrés oxidativo que pueden generar.
Si todo esto se complementa con alimentos como el chocolate (>80% cacao), té, café (de forma comedida) y especias antiinflamatorias (jengibre o cúrcuma) los potenciales beneficios se hacen más evidentes.
Otra de las claves para mejorar el ánimo es tener una buena salud digestiva, una microbiota adecuada favorece la formación de suficientes ácidos grasos de cadena corta (AGCC) al fermentar principalmente alimentos ricos en fibra. Dichos AGCC, ayudan al correcto funcionamiento del sistema inmunitario y son potencialmente antiinflamatorios. Por si esto fuera poco, se estima que más del 90% de la serotonina, la famosa "hormona de la felicidad", se produce en el intestino gracias a éstos AGCC bacterianos.
Para mejorar nuestra microflora intestinal, debemos introducir alimentos fuentes de probióticos en nuestra dieta, tales como el yogurt natural, el kéfir, el chucrut, la kombucha o los encurtidos. Éstos son fuentes de bacterias vivas beneficiosas, las cuales proliferarán mejor en un contexto de alimentación rica en prebióticos o lo que es lo mismo, tipos de hidratos de carbono complejos que las bacterias utilizan como sustrato alimentario, presentes en alimentos como la cebolla, el ajo, los plátanos, las legumbres, tomates, espárragos...
Por último, no debemos olvidar que la dieta que sigamos debe aportar nutrientes esenciales para el buen funcionamiento cognitivo, favoreciendo consigo el bienestar psíquico de la persona.
Ya hemos hablado de la serotonina, ese importante neurotransmisor capaz de generar sensaciones de bienestar, placer y relajación. Para su fabricación, además de para la del resto de neurotransmisores cerebrales, se utilizan aminoácidos procedentes de la proteína de la dieta, por tanto, no debemos descuidar el aporte proteico suficiente y de calidad cada día (pescados, huevos, carne, lácteos fermentados, legumbres...).
Si de entre todos los aminoácidos aportamos suficiente triptófano, precursor de serotonina, favoreceremos la formación de esta última si aportamos consigo suficiente vitamina B6. Tanto el triptófano como dicha vitamina aparecen en legumbres, cereales integrales, plátanos, carnes como la de pavo entre otros muchos alimentos.
De modo que si comes variado, rico y aportas todos los grupos de nutrientes que tu cuerpo necesita en un patrón saludable de perfil antiinflamatorio, ten por seguro el bueno humor estará más asegurado.
Tampoco debemos olvidar que la serotonina no solo se produce con la transformación del triptófano, actividades como el ejercicio físico, la relajación, un viaje, etc. pueden incrementar sus niveles, siendo los efectos de la dieta y ejercicio acumulativos en cuanto a bienestar físico y mental.
Así que come bien, pero también muévete, descansa y ¡disfruta de esta estupenda estación!