Otra de las llamadas vitaminas hidrosolubles del grupo B es la llamada Piridoxina. Como todas las vitaminas de este tipo es capaz de causar alteraciones en el funcionamiento de nuestro cuerpo tanto por una deficiencia de dicha sustancia en la dieta, como por un consumo excesivo a través de suplementos, aunque en el caso de las vitamina hidrosolubles la intoxicación por exceso es rara, ya que nuestro cuerpo consigue eliminar la cantidad sobrante a través de la orina.
En el caso de los países industrializados la deficiencia de esta vitamina no es nada común, ya que está presenten en muchos alimentos y otros muchos van enriquecidos. Los casos de deficiencia de esta vitamina en el primer mundo vienen dados normalmente por alcoholismo crónico, determinados tratamientos médicos con penicilamina o isoniazida o en personas dializadas.
Sin embargo, el déficit sí resulta bastante común en países pobres donde la base de la alimentación son los cereales, ya que que vitamina B6 presente en estos alimentos no se absorbe en una proporción adecuada por la forma química en la que aparece en el alimento.
Una dieta deficitaria en vitamina B6 o piridoxina puede traer consecuencias a varios niveles:
- Anormalidad en el funcionamiento del Sistema Nervioso: Convulsiones, depresión por disminución de la síntesis de serotonina entre otros problemas neurológicos.
- Anemia hipocrómica: Esta vitamina participa en la formación de la hemoglobina que es parte estructural de los glóbulos rójos.
- Problemas en la síntesis de animoácidos (proteínas) y con ello, en la formación de determinadas enzimas y otros elementos activos de nuestro metabolismo.
- Deterioro del Sistema Inmune por la bajada de la síntesis de anticuerpos.
- Dermatitis y úlceras en las mucosas de la boca y labios.
- Relacionado con la aparición de cálculos renales y de vejiga.
¿Dónde se encuentra la vitamina B6?
Cereales integrales: Es muy abundante en el salvado completo de cualquier cereal, aunque en estos alimentos la vitamina se encuentra como glucósido y no se absorbe bien.
También aparece en menor cantidad en pan integral, pastas integrales y en cualquier derivado de cereales poco refinado.
Leguminosas y frutos secos: Aparece en lentejas, judías blancas y otras legumbres con cantidades significativas. Menos abundante (pero también presente) en frutos secos entre los que destacan las nueces por un porcentaje más elevado de la vitamina.
Frutas, verduras y otros alimentos procedentes de la tierra: Aparecen en pequeñas cantidades en frutas (destaca el plátano), verduras y hortalizas (judías verdes, espinacas, pimiento, puerro ) y en tubérculos como la patata.
Carnes: Las carnes y productos cárnicos contienen cantidades reseñables de dicha vitamina y su absorción en ellos es correcta. Aparece en cualquier tipo de carne (pollo, pavo, cerdo, ternera, conejo...), el hígado y en derivados cárnicos como el jamón.