Durante los meses más fríos abundan en nuestras mesas los llamados platos de cuchara, una categoría que abarca desde sopas y cremas de verduras hasta guisos de todo tipo, como el cocido. Este clásico de la cocina española es uno de los platos estrella en esta época del año y la importancia que le damos es tal que cuenta hasta con su propio día homenaje: el 27 de febrero, fecha en la que celebramos el Día Internacional del Cocido.
Aunque se desconoce su origen exacto, algunas fuentes apuntan a que proviene de la adafina, un guiso que acostumbraban a tomar los judíos ya en el siglo XV y que se parecía mucho al cocido tal y como lo conocemos hoy en día.
Este sabroso plato, elaborado principalmente a base de garbanzos, hortalizas y carne, cuenta con numerosas versiones a lo largo del territorio nacional, y es que prácticamente todas las regiones españolas tienen el suyo. Especialmente popular es el cocido madrileño, que se caracteriza por dividir su toma en tres "vuelcos" (primero se sirve el caldo con fideos, después los garbanzos con los vegetales y, por último, la carne y los embutidos); pero también son bien conocidos, entre otros, el cocido lebaniego (tradicional de la comarca de Liébana, en Cantabria), muy similar al madrileño; o el cocido maragato (típico de León), que destaca por tomarse al revés: se empieza por la carne y se finaliza con la sopa.
Pese a que el garbanzo sea el ingrediente más representativo, lo cierto es que también se elabora con alubias, como el pote asturiano o la olla podrida (Burgos). Independientemente de la legumbre que se escoja en cada preparación, lo más distintivo de cada variante es que se intenta dar prioridad a los productos típicos de cada zona, lo que refuerza su seña de identidad y favorece el consumo de proximidad.
Saciante y nutritivo
El cocido es uno de los platos más contundentes de nuestra gastronomía. A nivel nutricional, es una comida muy completa, pues nos aporta hidratos de carbono, como la patata o los fideos; proteínas (carne, garbanzos, alubias); y una buena ración de hortalizas, fuente importante de fibra. En cuanto a las grasas, su calidad dependerá en gran parte del tipo de cárnicos que utilicemos en su elaboración. Si abusamos de los embutidos y de las carnes más grasas, elevaremos demasiado la proporción de ácidos grasos saturados del plato, por lo que es recomendable preferir piezas magras y moderar su cantidad.
Los guisos, como el cocido, pueden ser una opción saludable y muy interesante nutricionalmente. Los beneficios de incluir legumbres en nuestra dieta son muchos, pero es fundamental seleccionar con cuidado los ingredientes con los que las vamos a acompañar. Ser generoso con las verduras, cocinar con aceite de oliva y escoger carnes magras -como ya hemos comentado-, además de evitar los embutidos, son las claves para disfrutar de un cocido rico, sano y más ligero. En MenuDiet lo tenemos claro, y como buenos amantes del cocido, no podía faltar en nuestros menús; eso sí, en su versión más saludable y ligera. ¿Ya lo has probado?