Como buenas españolas la mayoría de las futuras mamás echan demasiado de menos el rico jamón ibérico de nuestra tierra durante los 9 meses de embarazo. Os daremos un par de trucos para que podáis disfrutarlo también en esta etapa.
El riesgo de comer jamón curado durante el embarazo está en el toxoplasma, un parásito que aunque es poco habitual hoy en día, puede aparecer parasitando la carne de determinadas piezas de jamón debido a que es un producto crudo.
Sin embargo, es una pena prescindir de este alimento no sólo por no poder disfrutar de su exquisito sabor, sino por otras causas:
- Tiene un aporte considerable de hierro lo cual es importante tanto para la mamá como para el bebé que estará formando sus propias reservas de hierro hepático, ya que le harán falta durante los meses de lactancia.
- Es un derivado cárnico especialmente rico en proteínas de gran calidad y es por ello ideal en esta etapa en la que se están formando gran cantidad de nuevos tejidos.
- El jamón ibérico tiene una composición de grasas saludables muy interesantes, destacando el aporte de grasas monoinsaturadas como el ácido oleico capaz de moderar los niveles de colesterol. El abuso no es conveniente, porque también contiene grasas saturadas en su composición. Cuanto más líquida sea la grasa del jamón, más saludable será la pieza.
- Presenta además cantidades interesantes de vitamina B12 y ácido fólico, dos vitaminas del grupo B que se encargan de formar proteínas (entre otras funciones) algo muy conveniente durante el embarazo.
- En cuanto a la presencia de minerales, podemos destacar el fósforo, el calcio, el cinc, el potasio y el sodio. Es conveniente no abusar del jamón porque el sodio en grandes cantidades aumenta la tensión arterial y la retención de líquidos, sin embargo el resto de componentes son muy importantes para el correcto desarrollo de las estructuras corporales del bebé.
¿Cómo tomar el jamón sin riego de toxoplasmosis?
Como ya hemos comentado el toxoplasma es un parásito. Los parásitos, al igual que las bacterias se destruyen por calor por lo que tomar el jamón cocinado es totalmente seguro. Por otra parte, es importante destacar que el congelado es un método de conservación que, aunque no mata a las bacterias (simplemente paraliza su acción), sí consigue destruir a los parásitos y por tanto, en los productos congelados no existe riesgo de toxoplasmosis.
- Jamón crudo: Para tomar jamón en crudo, lo ideal es comprarlo envasado al vacío o envasarlo en casa. Una vez dentro del envase hermético (para que no coja humedad) se congela durante 48-72 horas para asegurarnos que todas las zonas del producto han alcanzado la temperatura de -18ºC. Para su consumo, simplemente lo sacamos del congelador, dejamos que se descógele a temperatura de ambiente y ya está listo para consumir y sin riesgo de contraer toxoplasmosis.
- Jamón cocinado: Las opciones para tomar el jamón cocinado son muchas y muy diversas. Algunas de ellas se pueden degustar en nuestras Dietas Cocinadas para Embarazadas como son las espinacas con jamón, la tortilla de jamón ibérico o el exquisito plato de lombarda con jamón, pasas y piñones. En casa, se pueden hacer multitud de platos de verduras rehogadas con jamón, sopas con jamón, huevo con unas lonchas de jamón a la plancha, cremas de verduras con virutas de jamón al microondas
Le dará un plus de sabor y nutrientes a tus platos sin ningún tipo de riesgo de toxoplasmosis.
La técnica de envasar al vacío y congelar es válida para llevarla a cabo con otros productos curados que también llevan asociados el riesgo de toxoplasmosis tales como lomo embuchado, queso curado, salchichón, chorizos, etc. pero en este caso no es conveniente, ya que este tipo de embutidos y quesos suelen llevar cantidades importantes de nitratos y nitritos (un tipo de conservantes) que no son nada recomendables para la salud y menos aún, durante el embarazo.
Si estás embarazada o período de lactancia te recomendamos leer algunos artículos interesante, como por ejemplo, Dieta antes del embarazo o Alimentación durante el embarazo.