La artritis es una inflamación del cartílago de las articulaciones. Existen muchos tipos de artritis siendo la artrosis (también llamada osteoartritis) el tipo más común y uno de los más especiales, ya que en este caso no es una enfermedad inflamatoria sino más bien degenerativa. La artritis reumatoide es el segundo tipo más común de esta enfermedad.
Para hacer frente a estas enfermedades no sólo podemos hacer uso de la medicación, sino que tenemos que adquirir unos hábitos realmente saludables que nos permitan cumplir estos objetivos:
1. Ingerir alimentos capaces de moderar la inflamación:
- Los Omega-3 y la vitamina D presentes en los pescados.
- Una sustancia llamada oleocantal presente en el aceite de oliva con capacidad antioxidante y antiinflamatoria.
- La Vitamina C también es muy importante porque participa en la formación de colágeno que está presente en el cartílago. Viene especialmente bien para los tipos de artritis relacionadas con el ácido úrico.
- El selenio (especialmente abundante en las nueces de brasil) es muy importante para esta enfermedad. Aparece también en ajo, espárragos, espinacas, legumbres, melón y melocotones, entre otros alimentos. En alimentos animales también aparece el selenio, como por ejemplo en el atún o el pavo.
- La quercetina es una sustancia antioxidante capaz de moderar las reacciones inflamatorias. Es muy abundante en la cebolla roja y también aparece en brócoli, manzana y en la mayoría de frutas y verduras en mayor o menor cantidad.
2. Moderar alimentos que pueden tener algún efecto negativo sobre la infamación:
- El Omega-6 no es malo pero sabemos que en exceso puede aumentar la inflamación por eso los aceites especialmente ricos en este ácido graso como los de soja o girasol no son recomendables.
- Los alimentos azucarados pueden acrecentar la sensación de fatiga de estos enfermos, además si son productos industriales, es muy probable que contengan grasas como las citadas en el punto anterior.
- Si es una artritis relacionada con el ácido úrico conviene reducir la ingesta de carnes rojas y mariscos por la gran presencia de purinas.
3. Equilibrar la dieta: Tomar una combinación de nutrientes adecuada en cada comida ayuda a nuestro cuerpo a funcionar mejor, impidiendo la acidez metabólica y otros procesos que pueden derivar de dietas inadecuadas (como pueden ser las dietas proteicas) y que pueden agravar la sintomatología y las molestias.
4. Ejercicio diario: No se trata de machacar al cuerpo, sino más bien de proponerse mantener activas todas las articulaciones del cuerpo haciendo ejercicios suaves. Empezando por el cuello (con el que debemos hacer movimientos circulares y laterales) y acabando por los tobillos. Podemos hacer unas 10 o 20 repeticiones por articulación. No hace falta forzar, estamos hablando de movimientos suaves para que las articulaciones se mantengan funcionales y no se atrofien.
5. Control de peso: En los casos de artritis nunca puede haber un sobrepeso añadido ya que el peso extra es una forma de deteriorar aún más las articulaciones. Es importante agarrarse a la dieta equilibrada hipocalórica que es siempre la opción más sana y eficaz para perder peso.
6. Beber mucho líquido: El agua nos ayuda a desintoxicar nuestro medio interno, hay que alcanzar los dos litros al día. Existen además infusiones que pueden contener sustancias antioxidantes que sean buenas para la enfermedad como es el caso del té verde o el escaramujo.