Los días ociosos de verano con tantas horas de sol nos invitan a tomar alimentos fresquitos y ricos que nos ayudan a combatir el calor como son los helados, polos, zumos, refrescos y cervecitas, refrescantes horchatas o granizados un verdadero peligro para nuestra silueta cuando los consumimos a diario o casi a diario.
Por eso, con la llegada de septiembre es habitual que lleguen también los lamentos y arrepentimientos, especialmente cuando echamos manos a la ropa de trabajo y vemos que efectivamente ¡aprieta más que antes! Sin embargo, cuando nos proponemos un reto como es el de adelgazar, la actitud positiva es muy importante y hay que dejar a un lado los lamentos y empezar con ganas un nuevo estilo de alimentación.
Los primeros días tras los excesos son algo más tensos porque a nuestro cuerpo le cuesta coger el nuevo hábito y es fácil que nos pida más comida o más caprichos pero durante estos días hay que echar mano de la fuerza de voluntad, ya que es algo pasajero.
Para evitar un cambio muy brusco, antes de empezar la dieta de adelgazamiento como tal, podemos hacer un par de días o tres de adaptación. Para ello tenemos que tener en cuenta varios puntos:
¿Cómo volver a comer saludable después de vacaciones?
- Fijar un horario para cada una de las 5 comidas del día y respetarlo en la medida de lo posible.
- Proponerte no saltarte ninguna toma de tu dieta bajo ningún concepto, tampoco las comidas de entre horas. Para los primeros días busca opciones muy sencillas para que la pereza no te venza y en lugar de improvisar con las tomas de media mañana y media tarde, preocúpate de llevar siempre algo de fruta pelada, yogur líquido bebido, una tostadita de pan con fiambre magro
- Evita dulces, refrescos azucarados e incluso zumos naturales.
- Preocúpate de que en cada una de tus comidas principales (desayuno, comida y cena) haya siempre una pieza de fruta o verdura. En el desayuno es más recomendable la fruta, en la comida y especialmente en la cena es mejor optar por verdura.
- Evita alimentos grasos y no abuses del aceite.
Tras este breve periodo de adaptación basado en estos 4 puntos tan sencillos, te sentirás mucho más preparado para comenzar tu dieta de adelgazamiento ya que tu cuerpo se habrá regulado un poquito y no tendrá esa tendencia tan descarada de pedir alimentos dulces o grasos a cada momento. Lo ideal es darse ese tipo de caprichos sólo los fines de semana o días especiales y no cuando nos lo pide nuestro cuerpo.
Recuerda que llevar una dieta de adelgazamiento o simplemente saludable jamás debe suponer un sufrimiento o un esfuerzo constante, sino que debe ser parte de nuestra rutina.
Artículo relacionado: ¿Cómo retomar los buenos hábitos alimentarios?