¿Qué es el hipotiroidismo?
El hipotiroidismo consiste en una reducción de la actividad de la glándula tiroides y ésta se encarga de secretar hormonas tiroideas que llegan a los tejidos corporales y básicamente regulan las reacciones metabólicas del organismo. Se manifiesta con algunos síntomas como sequedad de la piel, caída del pelo, cansancio y fatiga, intolerancia al frío, aumento de peso, estreñimiento o irregularidad en las menstruaciones en el caso de las mujeres. Se trata de una afección más típica en mujeres que en hombres y aumentan las probabilidades de padecerla a partir de los 50 años.
El tratamiento para el hipotiroidismo es farmacológico y por tanto debe ser marcado por un médico endocrino, pero la alimentación puede ser de ayuda ya que puede contribuir al control del peso corporal, algo que resulta más complicado en estos casos y, por supuesto, a obtener un adecuado aporte de yodo, necesario para la síntesis de las hormonas tirodeas.
Aspectos de la alimentación a tener en cuenta
Ingesta de yodo. Se encuentra en el suelo, por lo que, según la zona de cultivo, las verduras y hortalizas tendrán más o menos cantidad de yodo, en zonas de costa, ya que está en el ambiente cercano al mar y se absorbe a través de la piel y las vías respiratorias, por supuesto del pescado y el marisco y las algas.
Con respecto a las algas hay que tener especial precaución, ya que la cantidad de yodo que tienen es excesiva y no conviene abusar de ellas, pues pueden causar más perjuicio que beneficio, más cuando ya estamos recibiendo la hormona tiroidea de forma sintética a través de la medicación. Teniendo en cuenta la cantidad de yodo que tienen las algas y que seguro estamos comiendo más alimentos ricos en este mineral, podríamos estar sobrepasando por mucho nuestros requerimientos diarios.
La medida más extendida para combatir el déficit de este mineral es la yodación de la sal, por lo que lo más conveniente es utilizar esta sal yodada.
¿Puedo comer soja? Hay mucha controversia en torno al tratamiento para el hipotiroidismo (levotiroxina) y el consumo de soja, ya que ésta parece aumentar la excreción de la tiroxina sintética. Sin embargo, esta interacción no se produce si separamos la toma del medicamento de la ingesta de soja unas 3 4 horas. En cualquier caso, la cantidad de soja que podemos ingerir no es muy alta como para que haya un efecto significativo sobre la tiroides (si se trata de algún suplemento debes consultarlo con tu endocrino).
¿Qué pasa con los bociógenos? En primer lugar, los llamados bociógenos son aquellos alimentos que dificultan la absorción del yodo y, por tanto, la síntesis de las hormonas tiroideas. Se trata de las verduras crucíferas (col, coliflor, lombarda, brócoli, repollo ), el trigo, la cebolla, el nabo, el rábano, la yuca y los cacahuetes, principalmente. No significa que no se puedan comer nunca, pero es mejor no abusar de ellos y hacerlo cuando los hayamos cocinado y lo ideal es desechar el caldo de su cocción. En las personas que ya se están medicando con tiroxina esto pierde importancia, ya que su cuerpo no necesita absorber una determinada cantidad de yodo para formar la hormona puesto que ya la está tomando en forma de pastilla.
De nuevo te recordamos que si experimentas alguno de los síntomas que hemos citado lo que debes hacer es acudir a un médico endocrino para que te haga las pruebas pertinentes y puedas tener un tratamiento adecuado lo antes posible, ya que la alimentación es un colaborador en este caso.
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