Sabemos que los frutos secos son saludables siempre que se tomen al natural o tostados y sin sal. Se consideran saludables porque tienen una gran concentración de minerales y las grasas que contienen son grasas cardiosaludables y, algunas de ellas, esenciales para la vida como es el caso del Omega-3 y Omega-6.
Sin embargo, cuando estamos siguiendo un menú para adelgazar debemos tener especial cuidado con este grupo de alimentos ya que en cantidades muy reducidas el aporte calórico se dispara, por lo que debemos reducirlo durante el periodo de adelgazamiento y tomarlo con moderación y siempre a primeras horas del día (desayuno o media mañana) de cara a la etapa de mantenimiento.
Los frutos secos como los piñones, las nueces, las avellanas, las almendras, los pistachos o los anacardos rondan las 600 kcal por cada 100 gramos, por lo que es conveniente limitarlos. No obstante, se pueden añadir algún día a la semana dentro de un plato de base ligera para darle un toque de sabor y un plus de nutrientes, pero siempre en cantidades controladas. Un buen ejemplo sería el plato Lombarda con jamón, pasas y piñones que proponemos en nuestras dietas y cuyo aporte final por 100 gramos no supera las 45 kcal.
Sin embargo, la castaña es un fruto seco que tiene un porcentaje graso mucho menor y ello se traduce en un aporte calórico muy por debajo del resto de alimentos de esta categoría ya que aportan aproximadamente unas 350-360 kcal por 100 gramos.
Lo más curioso de las castañas es que su composición es realmente diferente a la mayoría de los frutos secos, ya que aporta muy poquita grasa y una mayor cantidad de hidratos de carbono, por lo que puede ser un buen recurso en los menús para deportistas, y más aún si tenemos en cuenta el contenido de polifenoles de las castañas crudas, entre los que destacan el ácido gálico y el elágico con un potente poder antioxidante y de protección celular ante los procesos inflamatorios.
Presentan además varios aminoácidos (componentes de las proteínas), algunos de ellos esenciales. Parece que algunos estudios apuntan a que el hecho de tomar las castañas asadas o cocidas hace que estos aminoácidos sean más aprovechables por nuestro cuerpo, por lo que siempre es una estupenda alternativa tomarlas de esta forma.
Otros elementos interesantes de las castañas son los minerales como el calcio (aunque hay que aclarar que el calcio vegetal no se aprovecha con demasiada eficiencia), el magnesio y el fósforo (ambos muy importante para los huesos entre otras funciones) y el potasio.
Vistas las ventajas y los componentes de las castañas, sea cual sea la dieta que estamos siguiendo, podremos disfrutar de un puñadito de castañas en crudo o asadas ¡toda una delicia!