La semana pasado hablamos de los quesos más acertados para tomar durante la dieta, sin embargo no podemos negar que estos quesos aptos para los regímenes de adelgazamiento suelen ser poco sabrosos, por eso os vamos a enseñar cómo hacer queso casero.
Hemos de aclarar que lo ideal es usar leche pasteurizada ya que el tratamiento térmico al que ha sido sometido este tipo de leche no es tan agresivo y la leche se coagula mejor. No obstante, también es posible hacerlos con algunas marcas de leche de gran calidad como Pascual o Asturiana aunque hayan sido sometidas a tratamientos térmicos más agresivos. Es importante atender a este dato porque con algunas leches no es posible llevar a cabo la receta.
Ingredientes
- Leche fresca pasteurizada y desnatada: 2 litros
- Yogures naturales desatados sin azúcar: 2
- Limón: 1
- Sal: Al gusto
- Finas hierbas: Al gusto
Elaboración
Una vez calentita, añadimos los dos yogures y removemos bien y añadimos ahora el zumo de limón colado. La leche empieza a cortarse quedando el suero por un lado y el cuajo sólido por otro, por lo que lo podemos retirar del fuego y esperar a que se vaya separando poquito a poco, hasta que el suero se vea limpio.
Ahora, cogemos un colador metálico grande, sobre él ponemos una gasa y volcamos el contenido de la cazuela ya frío. El suero se filtrará. Es bueno pasar la parte coagulada por el chorro de agua fría para que el queso adquiera más consistencia y dejarlo sobre el colador y/o la gasa para que se escurra bien (cuanto más tiempo escurra, más sólido será el queso).
Una vez que tenga un poquito de consistencia y esté bien escurrido, mezclamos las finas hierbas, la sal (incluso se puede añadir una pizca de pimienta recién molida y una cucharadita de aceite de oliva virgen), se mezcla bien, y se vuelve a dejar en el colador bien prensado para que siga escurriendo el exceso de agua.
A partir de las dos horas escurriendo, ya podemos probar nuestro queso casero ¡y sin grasa! Pero se puede dejar hasta 24 horas si queremos un queso más prensado.
Comentarios del dietista
Sabemos que los quesos en ocasiones pueden ser enemigos de las dietas pero no debemos perder de vista que la leche en si misma ya es un alimento muy completo y lo que hacemos al elaborar un queso, es concentrar notablemente los nutrientes de la leche. Es por eso, que una pequeña porción de queso contiene una gran cantidad de vitaminas (especialmente la B2, B3 y la B12), minerales (entre los que destacan el fósforo, el magnesio y el calcio esenciales para la salud del esqueleto) y proteínas de fácil asimilación y aprovechamiento. Un alimento muy completo para la salud y muy agradable para el paladar.