Son muchas las personas que tienen la necesidad de tomar algo dulce tras las comidas pero cuando estamos siguiendo una dieta para adelgazar o tenemos una clara tendencia a coger peso es conveniente evitar el postre tras la comida por dos motivos:
- Evitar una distensión mayor del estómago por sobrecargarlo con demasiado volumen. No debemos perder de vista que el estómago se "estira" con cada comida y es el encargado en enviarnos las señales de saciedad. Si nos habituamos a cargarlo mucho en cada comida, nuestro estómago necesitará que comamos una gran cantidad para lanzar esa señal de saciedad por lo que conviene habituarlo a comer varias veces al día en cantidades moderadas.
- Para no aumentar el contenido calórico de cada comida y facilitar la digestión. Tradicionalmente, tomar una pieza de fruta tras la comida es un hábito sano y efectivamente lo es, siempre que el objetivo no sea comer ligero. Sumar una pieza de fruta a una comida principal supone sumar más de 100 kcal a esa comida, calorías que en gran parte las aporta la fructosa, el azúcar de la fruta. Es por tanto más interesante en las dietas de control de peso, prescindir del postre y tomar la fruta entre horas.
Además de la fruta como postre, que es lo más habitual cuando queremos cuidarnos, hay otras alternativas que también son saludables y que suman menos calorías y/o evitan la sobrecarga del estómago. Vamos a ver algunos ejemplos de alimentos y bebidas que pueden servir como postre durante la dieta para adelgazar:
- Infusiones con edulcorante: Existen infusiones de muchísimos tipos, algunas de ellas con sabores realmente agradables como el anís, la menta-poleo o algunos tés. Tomados con edulcorante acalórico (la stevia es una buena alternativa) no suman calorías y tomar una tacita pequeña, ayuda a aumentar la ingesta hídrica facilitando la digestión sin sobrecargar el estómago. Puedes ir variando y tomar infusiones que te activen por la mañana (como té o café), otras que te ayuden a hacer la digestión tras las comidas (como el hinojo o el anís) y otras que te ayudan a descansar de cara a la noche (como la pasiflora o la tila). Tradicionalmente las infusiones se toman calentitas y están muy ricas si las adornamos con limón, canela, etc pero cuando llega el buen tiempo, las infusiones nos pueden dar incluso más juego que en invierno, ya que podemos añadir hielo picado, hojas de menta, zumo de limón
- Yogur desnatado y edulcorado: Si tenemos la necesidad real de comer algo más tras hacer una comida completa de dos platos es mejor decantarse por los yogures desnatados y edulcorados naturales o de sabores. Hay que evitar los que llevan muesli, trocitos de frutas o cereales y debemos fijarnos en que no lleven grasa y tampoco azúcar. Mientras que una pieza de fruta nos aporta normalmente algo más de 100 kcal, los yogures nos aportan unas 50 kcal por lo que resulta mucho más interesante como postre.
- Frutas de pequeño tamaño: Cuando tenemos implantado un hábito en nuestro día a día es difícil cambiarlo. Para aquellos que necesitan tomar una pieza de fruta para quedarse con la sensación de plenitud tras la comida, el mejor consejo es que elijan frutas de pequeño tamaño y que tomen sólo una unidad junto a un vasito de agua para engañar al cuerpo. Se podría tomar sien riego de sumar demasiadas calorías un fresón o dos fresas, una ciruela, un par de uvas, una mandarina, etc.
- Caramelos y chicles sin azúcar: Algunas personas no necesitan un postre, sino un sabor dulce al final de la comida. Si queremos conseguir esa sensación sin sumar calorías basta con tomar un caramelito o chiche de sabor agradable junto a un pequeño vaso de agua, en unos minutos habremos engañado al cuerpo y dejará de pedirnos un postre.
En líneas generales, podemos afirmar que a medida que cogemos una rutina de comidas ordenada, esa sensación de necesitar un postre tiende a desaparecer.