Es común oír hablar de los ácidos grasos Omega-3 y Omega-6, pero la función de éstos últimos en el organismo es menos conocida.
Los ácidos grasos Omega-6 son elementos esenciales, lo que significa que nuestro cuerpo no puede sintetizarlos y tenemos que ingerirlos a través de la dieta. A pesar de tener efectos muy beneficiosos para la salud, su exceso o desequilibrio con respecto a los ácidos grasos Omega-3 puede provocar daños en el organismo.
Se recomienda que la relación ingerida de ácidos Omega-6/Omega-3 sea de 4:1, sin embargo el progresivo alejamiento de la dieta mediterránea y el mayor consumo de grasas animales y de los productos de soja ha modificado esta relación hasta niveles de 20:1 lo que puede traer consigo grandes problemas de salud:
- Inflamación y problemas de artritis.
- Daños sobre el sistema nervioso, más acusados en casos de diabetes.
- Riesgo de trombos por aumento de la coagulación y formación de ateromas.
- Engrosamiento de las paredes celulares y menos flexibilidad de las arterias.
- Enfermedades coronarias aumento de la tensión arterial
Alimentos ricos en Omega-6
El ácido Linoleico es el verdaderamente esencial pues a partir de él se pueden sintetizar el Ácido Gamma-linoleico y el araquidónico.
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Omega-6 de origen vegetal
Son ricos en Linoleico y Gamma-Linoleico y a partir de éstos, se forman las prostaglandinas buenas (serie 1) con capacidad antiinflamatoria. Consiguen fluidificar la sangre reduciendo el riesgo de trombos, mejorando la circulación y disminuyendo el riesgo cardiovascular y la hipertensión. A partir de ellos, también se forma otro ácido graso Omega-6 el araquidónico.
- Aceite de onagra
- Aceite de borraja
- Aceite de grosella
- Otros aceites de semillas (girasol, cártamo, maiz, etc.)
- Soja
- Aguacate
- Nueces
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Omega-6 de origen animal
En este caso los Omega-6 aparecen en forma de araquidónico precursores de las prostaglandinas de la serie 2 que tienen un efecto contrario a las anteriores pues aumentan los procesos inflamatorios y favorecen la coagulación sanguínea. Estos ácidos grasos no son malos en sí mismos, pues cumplen funciones necesarias, pero no hay que excederse en su consumo.
Vista la acción del ácido araquidónico, es importante destacar que el Ácido Linoleico y el Gamma-linoleico (de origen vegetal) también producen una pequeña cantidad de araquidónico, por lo que su consumo nunca debe ser excesivo.
El aporte y correcto equilibrio de estos ácidos grasos trae consigo grandes beneficios para la salud del sistema endocrino, inmunológico, cardiovascular, nervioso, respiratorio e incluso sobre la piel.
La Dieta Mediterránea caracterizada por un mayor aporte de cereales, frutas, verduras y en menor medida pescados, con una ingesta moderada de carnes, lácteos y huevos es la forma más sencilla y agradable de asegurar unos niveles correctos de Omega6/Omega3.